La campaña arqueológica en el convento de San Guillermo de Castielfabib saca a luz sorprendentes descubrimientos
Esta XIII campaña saca a la luz numerosas estructuras no esperadas por parte del equipo técnico
Este es el decimotercer verano que la Asociación Cultural de Castielfabib organiza estas jornadas de voluntariado de excavación arqueológica en las ruinas de su antiguo convento de San Guillermo.
Las ruinas de la iglesia del antiguo convento de San Guillermo son los únicos vestigios que quedan del impresionante conjunto religioso construido en el s.XIV en el pequeño municipio de la comarca del Rincón de Ademuz y que fue desmontado piedra a piedra hace un siglo.
Construido por los Agustinos en el siglo XIV, fue ocupado más tarde por Carmelitas. Al comienzo del último tercio del siglo XVI fueron los Franciscanos Observantes los que lo poseyeron hasta comienzos del s.XIX. Tras la desamortización de Mendizábal en el año 1836 sería paulatinamente expoliado y utilizado como cantera por la población de la Villa, siendo utilizado como almacén y aprovechando sus espacios y estancia con usos diversos. Se desconoce el estado al que llegó a principios del s.XX, cuando la empresa Teledinámica Turolense adquiere la propiedad donde se ubica el convento para disponer de los derechos de aguas de la acequia del lugar y construir el canal para el funcionamiento de la central hidroeléctrica, pero en 1914 la empresa realiza los trabajos de demolición del conjunto dejando el convento tal y como nos lo encontramos hoy día. De las dependencias conventuales sólo ha llegado a nuestros días trazas de la iglesia del conjunto. El resto de dependencias conventuales ha desaparecido y hoy día son campos de cultivo de secano.
Debido al abandono y las degradaciones de los restos arquitectónicos que perduraron, la sociedad se movilizó y creó en 2010 la Asociación Cultural Castielfabib, la cual dinamiza y recupera el patrimonio local, pero sobretodo se responsabiliza de todo aquello relativo al convento de San Guillermo y coordina aquellas actividades relacionadas con éste. Forman parte de este colectivo medio centenar de personas implicadas, técnicos especializados (arquitectos y arqueólogos principalmente) y miembros de la administración local que año tras año organizan las jornadas participativas de excavación en época estival, involucrando así, de manera directa, a la sociedad en la recuperación de su patrimonio tal y como establecen las directrices de organismos nacional e internacionales sobre patrimonio como ICOMOS, Hispania Nostra o el Consejo de Europa a través del Convenio Faro. Precisamente Hispania Nostra consideró que las acciones qu e se estaban llevando a cabo desde la ciudadanía fomentaban la salida de la construcción histórica de la lista roja del patrimonio (insertada como patrimonio en peligro en 2008 y saliendo de dicho riesgo en 2018).
Este año, las jornadas de voluntariado sorprenden al dar un giro inesperado que impulsa el progreso de los descubrimientos. Tras más de 10 años de desescombro y vaciado paulatino de los más de 2 metros de escombro que cubrían (y siguen cubriendo en parte) lo que un día fue la iglesia de estilo contrarreformista (nave única, capillas laterales y presbiterio cupulado), este año los trabajos se han centrado en el altar mayor, que ha permitido llegar a cota cero del edificio , conocer el pavimento original y descubrir estructuras sorprendentes. Estas jornadas han ofrecido a las personas participantes la oportunidad de involucrarse directamente en el proceso de descubrimiento, documentación y análisis de los restos arqueológicos y que junto a los técnicos implicados se ha garantizado una excavación cuidadosa y controlada.
Entre los hallazgos se han desenterrado numerosas piezas de yeso que decoraban los muros interiores de la iglesia (algo más de 200 unidades) y pinturas murales de una exquisita calidad artística. Pero lo que verdaderamente nos dan nuevas pistas son las estructuras arquitectónicas que, derrumbadas pero completamente conservadas, nos dan pistas del momento del desmontaje del complejo conventual y los sistemas constructivos utilizados en la cabecera principal de la iglesia. Las condiciones de conservación (los derrumbes y posterior abandono) han permitido una preservación sorprendente de los métodos constructivos y el estilo arquitectónico proporcionando una ventana única para conocer la vida conventual y ritos en la propia iglesia. Como si de una pequeña Pompeya valenciana se tratara, la campaña de este año marca nuevos ritmos e n la futura recuperación integral de las ruinas del antiguo convento de San Guillermo. Se están organizando nuevas actividades y proyectos complementarios para implicar a mayores sectores de l a población (educativa, comarcal, culturales, comunidad en línea…) para preservar nuestras raíces y el patrimonio se encuentre, de verdad, al alcance de todas las personas.
El proyecto arquitectónico se lleva a cabo desde los comienzos por los arquitectos Álvaro Vázquez Esparza y Xavier Laumain del equipo de ARAE Patrimonio y Restauración. Las campañas de arqueología son dirigidas por el estudio arqueológico TEA Difusión Cultural. Las jornadas de este verano se han realizado bajo la supervisión de Carme Saüch Aparicio, arqueóloga y Master en Gestión del Patrimonio Cultural y Museologia por la Universidad de Barcelona.
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