El Gobierno de Aragón ha puesto en marcha un plan de apoyo a la ganadería extensible en zonas de montaña por valor de seis millones de euros. Se trata de una medida que beneficiará a 448 municipios con explotaciones -la mayoría de carácter familiar- y que, según el Ejecutivo autonómico, servirá para compensar los perjuicios que les pueda ocasionar la nueva PAC, en la que priman los derechos históricos sobre el territorio y el pago de ayudas por superficie de pastos en detrimento de las cabezas de ganado y la renta del ganadero.
Siete de cada diez explotaciones de ganadería extensiva que hay en Aragón se localizan en zonas de montaña. Territorios como Sobrarbe, Ribagorza, Jacetania y Gúdar-Javalambre han visto cómo el montante de sus ayudas ha disminuido por los criterios que marca la nueva PAC. «Esta nueva dotación prevé la elevación del techo de cobro por explotación, que actualmente se situaba en 4.000 euros al año, hasta los 8.000», ha confirmado el presidente de Aragón, Javier Lambán. Esto supone «un incremento medio del 86%», ha añadido, al pasar de los 3.300 euros al año hasta los 6.200.
Desde el Ejecutivo autonómico reconocen que afrontan «un esfuerzo económico significativo que persigue mantener a la ganadería extensiva en las zonas de montaña». Este sector recibe anualmente 115 millones de la PAC, un 26% de todo lo que llega a Aragón. Los profesionales deberán solicitar esta nueva ayuda a través de la indemnización compensatoria que se realiza junto a la petición de los fondo de la norma comunitaria.
La medida ha sido bien acogida desde el sector ganadero porque, tal y como explica José Ramón Olivar, presidente de la Cooperativa Agropecuaria del Sobrarbe, «permite que el dinero llegue directamente a los profesionales». El también ganadero denuncia que las ayudas de la PAC «pueden ser recibidas por trabajadores del sector en activo o por personas que simplemente gestionan una extensión de pasto, sin que, necesariamente, dispongan de animales en su explotación».