La localidad conquense de Arguisuelas, con apenas 130 habitantes, ha decidido renunciar este año al alumbrado navideño en sus calles para destinar los recursos a una causa solidaria: comprar juguetes para los niños que han perdido todo tras la DANA que afectó gravemente a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía.
El alcalde de Arguisuelas, Daniel García, ha explicado en un comunicado que este gesto busca “llevar algo de alegría y esperanza a aquellos pequeños que, tras las inundaciones, se han quedado sin casa ni pertenencias”. Además, ha reflexionado sobre cómo estas Navidades “serán diferentes para todos nosotros, pues no podremos evitar recordar las terribles consecuencias de las inundaciones que han marcado este año.”
Solidaridad desde los pueblos
La iniciativa de Arguisuelas es un ejemplo más de la oleada de apoyo que se ha generado en toda España tras la catástrofe. Desde Castilla-La Mancha, las instituciones, junto a ciudadanos, han movilizado toneladas de alimentos, ropa y materiales de primera necesidad para los municipios valencianos afectados. También se han desplazado cuerpos de policía y bomberos de la región para colaborar en labores de rescate y reconstrucción.
En Arguisuelas, este esfuerzo ha sido especialmente significativo debido al vínculo que, según el alcalde, une a los conquenses con los valencianos. “Miles de personas con raíces en Cuenca viven en la Comunidad Valenciana y vuelven a sus pueblos, a las casas de sus padres o abuelos. Esa conexión especial nos anima a seguir ayudando a las víctimas de las inundaciones,” afirmó García.
Mantener viva la ayuda
El alcalde también ha destacado que la solidaridad no debe ser un esfuerzo puntual: “La ayuda no puede limitarse a las semanas posteriores a la tragedia. Debemos seguir contribuyendo para que, lo antes posible, las familias afectadas puedan recuperar una vida normal.”
Aunque las calles de Arguisuelas no contarán este año con la iluminación habitual, los vecinos colocarán luces en el Ayuntamiento como un pequeño recordatorio del espíritu navideño que los mueve a apoyar a quienes más lo necesitan.
Con gestos como este, Arguisuelas demuestra que la solidaridad no entiende de tamaños ni de recursos, y que incluso las comunidades más pequeñas pueden marcar una gran diferencia en momentos de necesidad.
